Dias muy peligrosos

Vivimos días de espejismos, que han llevado a muerte a muchas personas, porque parece que es, pero no es. He visto como muchos hogares se están desintegrando a causa de una «canita al aire» o un pequeño descuido de alguno de los esposos. He leído en los periódicos de como muchas personas, cansadas de lo mismo decidieron tomar un arma y acabar con la vida de sus seres queridos. He visto como miles y miles de personas ya no sienten la necesidad de cambiar y poner su vida en orden delante de Dios. Y de cómo, los que una vez estuvieron llenos, ahora están secos y se han apartado del camino.

Los espejismos suelen darse solamente en los desiertos, ya que el calor, la falta de agua y el cansancio, produce que veamos cosas que no existen. Recuerdo una escena de una película, en donde el actor principal está solo en el desierto del Sahara, no hay absolutamente nada a muchos kilómetros a la redonda, y de pronto ve que hay un oasis, lleno de agua, con palmeras y frutas, y desesperadamente empieza a correr, para darse cuenta que es solamente un espejismo.

Cuando un cristiano se siente seco, o sin vida; es porque se encuentra en un «desierto». Los «desiertos» son períodos TEMPORALES de prueba, pero son muy peligrosos porque se presentan espejismos, que pueden matar a la persona. Por eso de la importancia de estar hidratándose con la Fuente de Agua que está en la Palabra de Dios y no soltarse de la mano del Señor, por más pereza, soledad, y sequedad que se sienta.

Vivimos días sumamente peligrosos, no solo por la violencia que hay en las calles, sino también por la clase de espejismos que el enemigo está poniendo delante de nosotros. Hay que estar con los pies bien puestos en la Palabra y saber que hoy, es un día de vida o de muerte.

Cuida tus ojos, tu mente, tu corazón; cuida cada palabra que sale de tu boca. Y que cada pensamiento que llega a tu cerebro, lo peses con la Palabra de Dios.

«Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;…..Bienaventurado el o la que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman».. Santiago 1:12 y 13.

Tomado de Pancito fresco